Vengo del Norte en Foro Confabulario. México. Julio 2015

María García Esperón

Vengo del Norte


Poesía... eso que aprende el corazón, dijo Jacques Derrida. Y también dijo: "Yo soy un dictado, pronuncia la poesía, apréndeme par coeur [de memoria], vuelve a copiar, vela y vigílame, mírame, dictado, ante los ojos: banda de sonido, wake, estela de luz, fotografía de la fiesta de luto..." Los versos de Aurelio González Ovies no son pertenencia a los papeles, sino forma y contenido de la Memoria. Memoria... Mnemosyne... Canta, oh Musa y envuélvenos en el viento sagrado de tu voz, llévanos a tu libro, que es el Norte de los Nortes al vuelo de un solo segundo.



La magia surcó el espacio blanco habitado de azul y envuelto en un manto de lluvia del Foro Confabulario en San Juan del Río. Los versos de ese libro, Vengo del Norte, recorrieron a pie caminos que no se veían, pero que se sentían partir del mismo principio de eso que se llama corazón. El corazón de todos. Otra vez la tríada que se ha venido develando entre nosotros: VOZ PALABRA CORAZÓN.  Tríada que escapa a la voluntad, a la planeación y a la intemperie y que levantó sus alas en esa tarde lluviosa de la librería que cumple un año, un ciclo completo de siembra, de agricultura en los campos de la palabra. Era natural que la Poesía accediera a descender del Norte de los Nortes para convertir el lugar en un diamante o en un aleph, en una cueva del sagrado viento y en una Palabra fundadora. Mirada en la mirada, mano en la mano, los versos se dirigieron a cada persona y en nombre de todos los que recibieron esa luz, el padre de una niña de 12 años, al finalizar el tiempo del encuentro poético, agradeció con lágrimas en la voz y ojos temblorosos las palabras de Vengo del Norte que fueron dedicadas a su hija.

¿Cuál es el alcance de esta irradiación poética bautizada de lluvia? ¿Será incalculable, tanto en el tiempo como en el espacio? El espacio y el tiempo que se levantaron esa noche de la poesía voz-palabra-corazón de Aurelio González Ovies nos protegerá por siempre del olvido y nos ha escrito también para siempre en las páginas que vienen del Norte.